La génesis del proyecto está vinculada al movimiento de los intérpretes en escena como ejecutores de acciones lumínicas sin necesidad de control externo. Esta instalación cuenta con cinco instancias lumínicas. La persona en escena estará vinculada a las acciones lumínicas según su velocidad de movimiento y la ubicación de su cuerpo en la escena.
En un principio, la luz estará en una intensidad baja (como en la primera escena) y tendrá la posibilidad de accionar alguno de los tres sistemas que varían la intensidad de los artefactos incluidos en cada uno de ellos. Por ejemplo, el movimiento del brazo izquierdo aumentará la intensidad de un artefacto específico de la puesta; asimismo, la proximidad o lejanía de su torso accionará otro movimiento lumínico. Cada subsistema cuenta con diferentes artefactos en planta y cada uno está asociado a un sensor de movimiento o proximidad que dispara un dimmer preestablecido en un valor máximo y una velocidad de apagado particular.
La instalación cuenta con tres sistemas (escalable según disponibilidad), cada uno de estos subsistemas está vinculado a un sensor (de movimiento o proximidad) apuntado a un interprete en el centro de la escena, un dimer seteado particularmente, y un artefacto lumínico con capacidad de focalización.
La primera instancia de este proyecto consta de elementos analógicos, pero a futuro es intensión utilizar controladores programables para ampliar las posibilidades de interacción de cada uno de los subsistemas
José Alfredo Castillo se ha formado como actor y docente en ETLP, y director teatral en EMAD. Dirije "como consecuencia, la nada:", su proyecto de investigación escénica donde dicta cursos varios de entrenamiento actoral y puesta en escena, tutorías sobre producción, financiamiento y producción técnica.
En su rol profesional: ha dirigido las obras teatrales “Vago” de Yoska Lázaro, “Martha Stutz” de Javier Daulte, “Tres mujeres, sobre textos de Sylvia Plath” y “Los nadies” de Carolina Calema. Participó como asistente general en la obra “La semana del ojo” de Cesar Genovesi; como diseñador de iluminación, participó en las obras “La semana del ojo” (premio “mejor diseño de iluminación por la Comedia de la Provincia”), “Martha Stutz”, "Áidola", "Vaivén", "Moliere no se viste de amarillo", "Una maquina en la Luna", "Lo que es arriba es abajo", "Teoría del derrumbe". Se desempeña como técnico lumínico en sala en el auditorio del Centro Ana Frank.